14 de abril del 2022

Los peligros de la idealización. Un análisis de Perfect Blue.

Por Jaime R. Moreno

El debut cinematográfico como director de Satoshi Kon fue un parteaguas de la forma de contar historias en el anime. Muchas veces, estamos acostumbrados a ver producciones de este género enfocadas en temas con fuertes cargas fantásticas y una estilización repleta de elementos que no existen dentro del plano de la “realidad humana”. Pero Perfect Blue es algo muy distinto a eso.

Perfect Blue nos enseña que el anime puede ser mucho más realista que una obra documental. Puede ser mucho más cruda y salvaje, y sobre todo más cercana a la vida de todos nosotros.

Una total oda a la representación de la pérdida de uno mismo. Una obra maestra de la distopía psicologica donde nos muestran lo más oscuro de la mente humana.

Satoshi Kon nos relata la historia de Mima, una estrella de música pop que decide abandonar el grupo musical CHAM para seguir su carrera dentro del mundo de la actuación. Pero en realidad se encuentra frente a un nuevo escenario lleno de peligros y grotesquidades. Un mundo donde lentamente se va perdiendo a sí misma en una dualidad entre la realidad y la ficción.

Este thriller psicológico nos muestra como el fanatismo puede llegar a niveles macabros, por medio de los fans de Mima, los cuales no toman bien su salida de CHAM, sobre todo su siniestro acosador, el extraño hombre creador de Me-Mania, un blog donde pretende ser Mima y que inquietantemente sabe toda su vida. El acoso en niveles inimaginables. Precisamente, Kon se adelanta a sus tiempos, y nos muestra un tema que hoy en día es sumamente relevante. El acoso en internet. Esta producción de 1997 se anticipa al futuro y practicamente predice los riesgos de las redes sociales y la invasión a la privacidad en las mismas.

La hipocresía y mentiras es un asunto de gran relevancia en el filme. Por parte de quienes se considerarían amigos, sus productores y sus colegas. Mima se ve envuelta en un mundo de falsedades donde todos quieren obtener un beneficio a costo de ella. A costo de su inocencia, la cual se corrompe cada vez más, dando como resultado una disociación en la psique de Mima.

La percepción de como nos ven los demás es un miedo que probablemente todos vivimos y Mima lo sufre de una forma que jamás deseó. Una persona que solo buscaba cumplir sus sueños de una manera inocente, termina por ser hipersexualizada y humillada por las decisiones que ella tomó con una intención noble y de autosuperación. Lo cual nos recuerda que por más que queramos mejorar, siempre existen personas que buscan hundirnos en un mar de angustias y preocupaciones.

Así es como Mima llega a un punto de no retorno en el que deja de reconocer que es verdad y que no, y que se simplifica de manera magistral en la frase que su extraño fantasma-doppelgänger repite constantemente en el climax del anime: “¿Quién eres?”.

La dualidad en Perfect Blue es constante. Entre el acompañamiento en el mundo del entretenimiento y la soledad individual. Entre los escenarios y la vida cotidiana. Entre lo bueno y lo malo. Una dualidad que nos confunde y nos rompe a lo largo de la función.

El diseño de arte de la película es simplemente impecable. Es como si Gibli realizará su producción mas oscura y sangrienta. El detalle esta por doquier, y justamente esto nos llena de contexto, ya que este mismo diseño ayuda a contar la historia de una manera más profunda y siniestra. Nos ayuda a entender más la vida de Mima, sobre todo fuera de su profesión. Las escenas de su casa nos muestran a una persona normal, por que al fin eso somos. No importa la fama de una persona o sus logros. Al fin del día todos tenemos un hogar lleno de objetos que nos describen y que nos recuerdan que todos somos más parecidos de lo que pensamos.

Este thriller psicologico coquetea muy bien con el género del terror. Su atmosfera incomoda pero a la vez verdadera nos sumerge a fondo en su universo con el que es fácil empatizar, sobre todo con sus personajes. En 81 minutos, Kon logra sintetizar un grupo de problemas y emociones humanas de los cuales todos podemos ser victimas, aún cuando no vivamos la vida de una ex estrella de pop.

A pesar de ser una historia compleja (sobre todo a partir de los 3/4 de película), su narrativa no es un rompecabezas que armar, o una adivinanza que responder. Es una historia para experimentarla y entender todos estos temas mencionados anteriormente. Una historia para la reflexión sobre quienes somos como sociedad y un tema muy importante: los peligros de la idealización.